jueves, 6 de enero de 2011

Todo según el cristal

El ocaso del 21 de abril del 2009 fue una noche llena de elogios para el gobierno municipal que preside Mariano Ortega Sánchez. El secretario de Finanzas y Administración del gobierno michoacano, Humberto Suárez López, afirmó frente al propio alcalde y el tesorero municipal, Roberto Campos Vega, que en Lázaro Cárdenas existe un buen gobierno donde lucen los resultados, y al que ni el gobierno estatal ni el de la federación dejarán solo. Y fue más allá, al señalar que Lázaro Cárdenas dejó de ser un lugar de conflictos, lo cual llevaría a que la administración municipal obtuviese mayores respaldos de fondos federales y estatales.

Suárez López puso en claro que una administración como la que ahora gobierna Lázaro Cárdenas no tendría porque verse agobiada financieramente, ya que con buenos resultados, como los que hasta ese momento se apreciaban, siempre habría disposición para respaldarla. Pero eso sí, advirtió que la deuda del municipio con el gobierno estatal no tiene posibilidades de condonarse, como tampoco la de ningún otro gobierno municipal, pero que en el caso de Lázaro Cárdenas se tendría primero comprensión y no presión para cobrar las cuentas por pagar. Y segundo, buscar mecanismos de corte solidario para ver qué se puede hacer con el adeudo.

Las declaraciones del secretario estatal de Finanzas fueron vertidas en una nocturna conferencia de prensa y al término de una larga jornada de trabajo en Lázaro Cárdenas. El secretario estaba cómodo, dispuesto, aparentemente satisfecho por los resultados obtenidos en su visita.

Pero a la vuelta de casi dos años la situación es distinta a pesar de que exista la misma intención, aunque no la misma disposición de recursos, del gobierno estatal para no abandonar al de Lázaro Cárdenas. Entre los meses transcurridos de aquel entonces a la fecha se dieron circunstancias que nadie pudiese haber podido preveer y que, directa o indirectamente, debilitaron las finanzas municipales.

Hoy, el gobierno local se encuentra bastante presionado y se diría que comprometido a ofrecer una recomposición financiera que se antoja especialmente complicada para los doce meses de gestión que le restan. Pero justo en este punto habrá que señalar que a la administración municipal no se le ha comprendido del todo. Habrá que insistir, una y otra vez, que el presupuesto operativo del gobierno municipal es abiertamente insuficiente para cubrir la amplia y creciente demanda de servicios.

Por fin ha reconocido el INEGI, a decir del propio alcalde Mariano Ortega Sánchez, que el municipio cuenta con más de 300 mil habitantes, contra los 160 mil que tradicionalmente se le han adjudicado y cuya última cifra ha sido una de las bases para calcularle su contexto presupuestal.

Se le ha insistido al gobierno sobre el tema del reajuste de personal para reducir, en parte, el déficit con que opera actualmente, pero si bien se habla de despedir a 300 empleados, poco se ha dicho que el despido de esta cifra alcanzaría a afectar parte del personal operativo que se encarga de los servicios. En todo caso, el reajuste debería ajustarse solo a la parte administrativa.

Es cierto que el desempeño del gobierno local debe permanecer bajo escrutinio cotidiano por parte de su propio cabildo y de la ciudadanía, pero no se debe olvidar tampoco que el 2011 es un año electoral y que no todos los juicios sobre la administración municipal pueden ser realmente bien intencionados. -o0o-