Lázaro Cárdenas, Michoacán.- ArcelorMittal-Lázaro Cárdenas perdió una superficie estratégica de seis hectáreas a manos del gobierno local, luego de que la administración municipal decidió ejercer su derecho de propiedad sobre esa área donde se ubica la Plaza Voluntad de Acero, un coso con aforo para más de seis mil personas rematado por una valiosa escultura que en su origen funcionó también como reloj solar.
El alcalde, Mariano Ortega Sánchez, y el síndico municipal, Abel Salazar, confirmaron en entrevista que el Ayuntamiento decidió ejercer el sábado último su derecho de propiedad sobre esa área, después de que la empresa ArcelorMittal se negó a responder solicitudes formales de entrega del espacio giradas por la presidencia municipal.
El sábado pasado personal y maquinaria del Ayuntamiento recuperaron el área y tomaron posesión de la misma, después de que la acerera hizo caso omiso de tres notificaciones para que acreditara esa propiedad, y al no obtenerse respuesta se le solicitó a la empresa retirar la malla perimetral del lugar para ocupar el espacio, lo cual tampoco fue atendido por ArcelorMittal.
El alcalde señaló que primero se buscó establecer el dialogo con la empresa, pero que ante la reticencia de la misma, el Ayuntamiento debió recuperar un área que siempre ha pertenecido al municipio y la cual será útil para conectar vialidades estratégicas entre la ciudad, la zona turística de las playas y el malecón del río Balsas, además de su gran valor para la recreación de la comunidad.
La Plaza Voluntad de Acero fue construida paralelamente a la edificación del complejo siderúrgico de Sicartsa, para la recreación de los trabajadores, sus familias y la comunidad, pero ante las carencias del Ayuntamiento de la época para mantener esa enorme plaza, Sicartsa tomó bajo su responsabilidad el mantenimiento de la misma; área que cercó posteriormente y la dedicó a los eventos culturales-artísticos propios de la empresa.
A la venta de Sicartsa al Grupo Villacero, la citada plaza volvió a reconquistar todo su esplendor después de un período de olvido. Pero desde la venta de Sicartsa a ArcelorMittal, esa extraordinaria instalación cayó en el total abandono, aunque continuó bajo el dominio de la empresa.
La Plaza Voluntad de Acero fue sede de eventos excepcionales, tanto cívicos como recreativos, y de no ser por la “privatización” que se hizo de ella se habría constituido en uno de los símbolos de la ciudad acerero-portuaria.
El costo de mantenimiento del área, particularmente del coso y del funcionamiento de la enorme escultura-reloj, fue calculado en más de 60 mil pesos mensuales en la época de la Sicartsa-paraestatal. –o0o-
El alcalde, Mariano Ortega Sánchez, y el síndico municipal, Abel Salazar, confirmaron en entrevista que el Ayuntamiento decidió ejercer el sábado último su derecho de propiedad sobre esa área, después de que la empresa ArcelorMittal se negó a responder solicitudes formales de entrega del espacio giradas por la presidencia municipal.
El sábado pasado personal y maquinaria del Ayuntamiento recuperaron el área y tomaron posesión de la misma, después de que la acerera hizo caso omiso de tres notificaciones para que acreditara esa propiedad, y al no obtenerse respuesta se le solicitó a la empresa retirar la malla perimetral del lugar para ocupar el espacio, lo cual tampoco fue atendido por ArcelorMittal.
El alcalde señaló que primero se buscó establecer el dialogo con la empresa, pero que ante la reticencia de la misma, el Ayuntamiento debió recuperar un área que siempre ha pertenecido al municipio y la cual será útil para conectar vialidades estratégicas entre la ciudad, la zona turística de las playas y el malecón del río Balsas, además de su gran valor para la recreación de la comunidad.
La Plaza Voluntad de Acero fue construida paralelamente a la edificación del complejo siderúrgico de Sicartsa, para la recreación de los trabajadores, sus familias y la comunidad, pero ante las carencias del Ayuntamiento de la época para mantener esa enorme plaza, Sicartsa tomó bajo su responsabilidad el mantenimiento de la misma; área que cercó posteriormente y la dedicó a los eventos culturales-artísticos propios de la empresa.
A la venta de Sicartsa al Grupo Villacero, la citada plaza volvió a reconquistar todo su esplendor después de un período de olvido. Pero desde la venta de Sicartsa a ArcelorMittal, esa extraordinaria instalación cayó en el total abandono, aunque continuó bajo el dominio de la empresa.
La Plaza Voluntad de Acero fue sede de eventos excepcionales, tanto cívicos como recreativos, y de no ser por la “privatización” que se hizo de ella se habría constituido en uno de los símbolos de la ciudad acerero-portuaria.
El costo de mantenimiento del área, particularmente del coso y del funcionamiento de la enorme escultura-reloj, fue calculado en más de 60 mil pesos mensuales en la época de la Sicartsa-paraestatal. –o0o-
