martes, 30 de septiembre de 2008

Agónico, el John Rodgers aún espera ser rescatado


Lázaro Cárdenas, Michoacán.- El John Rodgers DD574 vuelve a la escena. El viejo destructor tipo Fletcher de la Marina norteamericana y rebautizado por la Armada de México como el ARM-Cuitláhuac, sigue atrapado en un reducto del muelle de la Terminal Granelera en espera de que su original tripulación, todos veteranos de guerra ahora, reúnan los recursos económicos suficientes para regresarlo a casa.

La Capitanía de Puerto de Lázaro Cárdenas confirma que sigue solicitando a la Beauchamp Tower Corporation (BTC) el retiro del deteriorado navío de guerra, luego de que éste ya no pertenece a la Armada de México desde que el gobierno mexicano lo donó a la organización no lucrativa a finales del 2006.

Pero la BTC, que concentra los esfuerzos de los veteranos para financiar el costoso remolque del John Rodgers hasta Mobil Bay, Alabama, Estados Unidos, simplemente no ha reunido la cantidad requerida, mientras que los costos de la permanencia del navío en ese muelle comercial siguen aumentando considerablemente.

Las autoridades portuarias mexicanas ven tres escenarios posibles para el John Rodgers: uno, que sea retirado lo más pronto posible para evitar riesgos en un muelle comercial que no tiene por objetivo contener embarcaciones fuera de uso. Dos, que finalmente la BTC decida venderlo, con la enorme dificultad de encontrar un comprador debido a que la venta no alcanzaría para pagar los gastos que ya ha generado, según estimaciones. Y tres, decidir por el abandono del buque a favor de la nación, un proceso jurídico tan complejo como prolongado.

Habría una cuarta posibilidad, más lejana aún: que el gobierno norteamericano decidiera financiar el regreso a casa del héroe de guerra. Alternativa que de haber sido posible ya la habría conseguido la indoblegable voluntad de la BTC, sobre todo cuando esta organización ha tenido como propósito central convertirlo en un museo y en una especie de centro de apoyo técnico para eventuales desastres naturales.

En julio pasado este medio reseño a través de un artículo los detalles de la historia del John Rodgers hasta su situación actual, donde señaló que el célebre destructor, reconocido por su actuación en la Segunda Guerra Mundial, pasó a manos de la Armada de México en una fecha posterior a 1946, quien después de comprarlo lo rebautizó con el nombre de ARM-Cuitlahuac y lo puso en servicio nuevamente para vigilancia del mar patrimonial mexicano hasta el 2001.

“No es claro que pasó con el ARM-Cuitlahuac del 2002 a finales del 2005, cuando la Beauchamp Tower Corporation logró, mediante un acuerdo, que el gobierno mexicano se lo donara para el propósito antes señalado. Lo cierto es que el acuerdo de donación fue confirmado por México en noviembre del 2006, aún cuando ya desde septiembre de este último año el John Rodgers estaba programado para ser remolcado hasta Mobile Bay, Alabama, en los Estados Unidos, pero la corporación no tuvo fondos para pagar la operación”, escribimos entonces.

“Al obtenerse la donación inicial del gobierno mexicano, Beauchamp Tower Corporation lo desplazó de los muelles de la Armada de México en Lázaro Cárdenas hasta un muelle en la Terminal Granelera dentro de este mismo puerto, para esperar el regreso a casa, lo cual no ha ocurrido hasta la fecha”, mencionamos en el artículo de referencia.

Las fuentes consultadas se inclinan a pensar que el John Rodgers, una pieza histórica para los veteranos de la Marina de los Estados Unidos, finalmente acabará convertido en chatarra. ¿Cómo?, nadie lo sabe aún. A menos que el noble fin que se persigue obre un milagro. -o0o-