lunes, 21 de julio de 2008

Posible triste final para un héroe de guerra


Lázaro Cárdenas, Michoacán.- Un viejo destructor norteamericano de la Segunda Guerra Mundial, el John Rodgers DD574, atracado desde diciembre del 2006 en un muelle de la Terminal Granelera del puerto de Lázaro Cárdenas, se encuentra en el foco de la atención de marinos veteranos de los Estados Unidos, encabezados por la corporación no lucrativa Beauchamp Tower, para regresarlo a su país y convertirlo en museo y, paralelamente, en una especie de centro de ayuda ante eventuales desastres naturales.

Pero el esfuerzo de Beauchamp Tower Corporation podría fracasar ante la falta de recursos para pagar las deudas que ha acumulado el John Rodgers y el costo de su regreso a casa. De ser así, el navío tendría el mismo destino que otros de su clase: ser vendido como chatarra, cuya venta tampoco alcanzaría para saldar sus deudas.

El célebre destructor John Rodgers, reconocido por su actuación en la Segunda Guerra Mundial, pasó a manos de la Armada de México en una fecha posterior a 1946, quien después de comprarlo lo rebautizó con el nombre de ARM-Cuitlahuac y lo puso en servicio nuevamente para vigilancia del mar patrimonial mexicano hasta el 2001.

No es claro que pasó con el ARM-Cuitlahuac del 2002 a finales del 2005, cuando la Beauchamp Tower Corporation logró, mediante un acuerdo, que el gobierno mexicano se lo donara para el propósito antes señalado. Lo cierto es que el acuerdo de donación fue confirmado por México en noviembre del 2006, aún cuando ya desde septiembre de este último año el John Rodgers estaba programado para ser remolcado hasta Mobile Bay, Alabama, en los Estados Unidos, pero la corporación no tuvo fondos para pagar la operación.

Al obtenerse la donación inicial del gobierno mexicano, Beauchamp Tower Corporation lo desplazó de los muelles de la Armada de México en Lázaro Cárdenas hasta un muelle en la Terminal Granelera dentro de este mismo puerto, para esperar el regreso a casa, lo cual no ha ocurrido hasta la fecha.

La prolongada permanencia del destructor en ese muelle ha generado costos que la corporación debe pagar tanto a los propietarios del muelle como a la Administración Portuaria Integral de Lázaro Cárdenas (API), la cual señala que su cobro no es tan cuantioso, pero ignora cuál es el monto que debe pagar al cesionario que mantiene en su muelle el barco, así como otras tarifas.

Por otro lado y aun cuando las restricciones del puerto no han permitido apreciar al John Rodgers de cerca, fuentes relacionadas aseguran que el navío se encuentra en progresivo deterioro, a tal punto que el costo del remolque a los Estados Unidos se elevaría sustancialmente.

Hace unas semanas trascendió que un reportero de los Estados Unidos había acudido al puerto de Lázaro Cárdenas para recabar la historia del John Rodgers y atender el interés que el sector de los veteranos norteamericanos tiene en el navío de la clase Fletcher, al cual esperan ver de regreso en casa.

Se cuenta que Beauchamp Tower Corporation intentó ya el remolque del destructor hasta Mobile Bay, Alabama, a mediados del 2006, pero al no poder soportar el costo de la operación, la empresa de remolcadores tuvo que viajar de regreso a los Estados Unidos por su propia cuenta, y el cargo por este fallido viaje se mantiene en la lista de deudas de la corporación.

La temporada de ciclones, que empezó desde mediados de mayo pasado, esta apresurando el retiro del John Rodgers de laTerminal Granelera, para evitar el riesgo de daños al muelle, pero de por medio se encuentra la falta de fondos del beneficiario de la donación y el constante deterioro del buque, que podría dificultar aún más su navegación.

Las fuentes consultadas se inclinan a pensar que el John Rodgers, una pieza histórica para los veteranos de la Marina de los Estados Unidos, finalmente acabará como chatarra. (En la gráfica el John Rodgers en su época de gloria). -o0o-