Lázaro Cárdenas, Michoacán.- Los esteros de El Pichi y Santa Ana, que se ubican entre Playa Eréndira y Playa Azul, cuentan con una abundante población de cocodrilos y a pesar de ello y del peligro que representa, los turistas insisten en visitar esos sitios e incluso bañarse en los extremos más próximos al mar, reconoció Protección Civil Municipal.
Debido a ese peligro, la dependencia del gobierno municipal decidió ayer tender líneas de boyas en cada uno de los esteros, para marcar límites de seguridad, dijo Abelardo Bracamontes, el titular de Protección Civil.
Dio a conocer que hasta hace poco algunas personas daban de comer a los saurios para que los turistas los pudieran ver, sin reparar que con esa práctica se inducía a los saurios a buscar alimento en un área donde usualmente algunos turistas se bañan, por lo que fue prohibido que se les alimentara.
Protección Civil considera que el “límite de seguridad” podrían ser los propios puentes que cruzan los esteros a lo largo del boulevard de Playa Eréndira a Playa Azul, ya que del lado de los puentes hacia el interior de los estero es zona peligrosa, y desde ese mismo punto hacia el lado del mar es zona menos riesgosa, pero igualmente propensa a la aparición de algún saurio.
Bracamontes señala que a pesar de las continuas advertencias a los vacacionistas, éstos no creen que ahí habiten cocodrilos e insisten en acudir a los esteros para confirmarlo. “La misma gente acude a esos lugares con la esperanza de ver los cocodrilos, sin medir el peligro”, comenta.
Explicó que solo existe una embarcación, autorizada por la Capitanía de Puerto, para navegar por el estero, ya que no representa riesgos para los paseantes, pero que se trata de un paraje salvaje donde siempre deben tenerse precauciones. Es por ello, añadió, que no se permite ahí ninguna práctica deportiva, ni que embarcaciones sin autorización presten servicio de paseo.
“Hasta ahora no se ha registrado ningún ataque de cocodrilos a seres humanos, y esperamos que así siga, pero es una situación que si nos quita el sueño”, dijo Abelardo Bracamontes, quien es uno de los hombres clave dentro del Operativo Semana Santa 2008 que se ha montado para protección de los turistas que acuden a las playas en esta temporada.
Como único antecedente, se encuentra el ataque de un cocodrilo a una joven ocurrido en 1994 en el estero de El Pichi, como lo publicó El Sol de Morelia en su oportunidad. En esa ocasión, el saurio prendió con sus fauces una pierna de la joven y la arrastró aguas adentro, pero la adolescente, de unos 14 años, golpeó desesperada y repetidamente la cabeza del animal, en tanto que dos niños que la acompañaban corrieron a dar aviso a dos adultos. Cuando llegaron al sitio, el cocodrilo había desaparecido y la joven se encontraba herida a unos dos metros de la orilla del estero. Fue llevada inmediatamente al hospital del IMSS en Lázaro Cárdenas y pudo salvar su pierna, que presentaba profundas dentelladas en varias partes. –o0o-
Debido a ese peligro, la dependencia del gobierno municipal decidió ayer tender líneas de boyas en cada uno de los esteros, para marcar límites de seguridad, dijo Abelardo Bracamontes, el titular de Protección Civil.
Dio a conocer que hasta hace poco algunas personas daban de comer a los saurios para que los turistas los pudieran ver, sin reparar que con esa práctica se inducía a los saurios a buscar alimento en un área donde usualmente algunos turistas se bañan, por lo que fue prohibido que se les alimentara.
Protección Civil considera que el “límite de seguridad” podrían ser los propios puentes que cruzan los esteros a lo largo del boulevard de Playa Eréndira a Playa Azul, ya que del lado de los puentes hacia el interior de los estero es zona peligrosa, y desde ese mismo punto hacia el lado del mar es zona menos riesgosa, pero igualmente propensa a la aparición de algún saurio.
Bracamontes señala que a pesar de las continuas advertencias a los vacacionistas, éstos no creen que ahí habiten cocodrilos e insisten en acudir a los esteros para confirmarlo. “La misma gente acude a esos lugares con la esperanza de ver los cocodrilos, sin medir el peligro”, comenta.
Explicó que solo existe una embarcación, autorizada por la Capitanía de Puerto, para navegar por el estero, ya que no representa riesgos para los paseantes, pero que se trata de un paraje salvaje donde siempre deben tenerse precauciones. Es por ello, añadió, que no se permite ahí ninguna práctica deportiva, ni que embarcaciones sin autorización presten servicio de paseo.
“Hasta ahora no se ha registrado ningún ataque de cocodrilos a seres humanos, y esperamos que así siga, pero es una situación que si nos quita el sueño”, dijo Abelardo Bracamontes, quien es uno de los hombres clave dentro del Operativo Semana Santa 2008 que se ha montado para protección de los turistas que acuden a las playas en esta temporada.
Como único antecedente, se encuentra el ataque de un cocodrilo a una joven ocurrido en 1994 en el estero de El Pichi, como lo publicó El Sol de Morelia en su oportunidad. En esa ocasión, el saurio prendió con sus fauces una pierna de la joven y la arrastró aguas adentro, pero la adolescente, de unos 14 años, golpeó desesperada y repetidamente la cabeza del animal, en tanto que dos niños que la acompañaban corrieron a dar aviso a dos adultos. Cuando llegaron al sitio, el cocodrilo había desaparecido y la joven se encontraba herida a unos dos metros de la orilla del estero. Fue llevada inmediatamente al hospital del IMSS en Lázaro Cárdenas y pudo salvar su pierna, que presentaba profundas dentelladas en varias partes. –o0o-
